
El ciclismo español ha tenido en 2008 muchos nombres y muchas gestas. Gracias a Alberto Contador (Giro y Vuelta), Carlos Sastre (Tour) y Samuel Sánchez (Oro olímpico) se cierra el mejor año de la historia, solo empañado por el pequeño fracaso del Mundial de Varese.
Es difícil empezar por alguno, los tres lo merecen, pero tal vez Contador sea la referencia ahora mismo en el pelotón mundial y en mundo del deporte en general. Se veía venir que tras ganar el Tour de 2007 este chaval de Pinto tenía que decir cosas muy importantes. Ha batido todos los registros.
Si a alguien que está en la playa le llaman casi de repente y le sacan de la arena para correr todo un Giro de Italia, y ganarlo, es que algo grande está pasando. Eso hizo Alberto, vetado por los organizadores del Tour para estar en Francia y probablemente repetir victoria, se decantó por la corsa rosa y se batió en un duelo espectacular con el italiano Ricardo Riccò.
Después llegó la Vuelta, y una de las lecciones de ciclismo más maravillosas que se recuerdan. En la subida a L'Angliru el madrileño tiró y sólo Valverde y Sastre lograron seguirle, pero a años luz de distancia. Ver cómo se elevaba hacia el cielo ese día entre cientos de aficionados para dejar su sello y gritar quién es el mejor valió la pena para romper la ronda española y sumar las tres grandes en menos de doce meses.
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